Si algo dejó en claro el fenómeno del aislamiento social motivado por el Coronavirus es que las personas lidian con él de maneras diferenciadas, sin embargo, entre todos los grupos etarios, es probable que uno de los segmentos demográficos más impactados haya sido el de la niñez y la juventud, la interrupción de sus dinámicas de interacción además de impactar sus habilidades de socialización e integración a contextos como el escolar, también significó un retroceso en sus capacidades académicas.

No es un síntoma local, sino más bien global y esto puede confirmarlo la educadora ecuatoriana, Montserrat Amaguayo, quien trabaja dentro del sistema educativo norteamericano y ha experimentado el regreso a las aulas después del Covid-19. Ella forma parte de los educadores reclutados por el programa Participate Learning que genera intercambios para que educadores de todo el mundo vayan a enseñar a niños y niñas en edad escolar en Centros Educativos de Carolina del Norte, Carolina del Sur y Virginia, y puedan gozar deuna educación multicultural. Amaguayo es educadora de bachillerato o High School, como se le conoce en inglés. Allí serelaciona con jóvenes entre los 15 y 17 años aproximadamente. Este es su cuarto año en el programa que le permite trabajar en los Estados Unidos. Para esta maestra, ha sido evidente el cambio en sus estudiantes.

“La educación en línea no es lo mismo, las metodologías de aprendizaje sufrieron las rutinas de estudio. Para los chicos, madurar es el proceso natural más que cuando estaban en casa, en clases presenciales se les exige responsabilidad y autonomía, volverlos a educar en hábito, para fortalecerlo que no vivieron en los años mientras se estaba en pandemia. Apoyar a los estudiantes en latransición de la virtualidad a lo presencial, recordarles cómo es estar en una clase, tenemos nnuestro tiempo de trabajo, pero hacemos nuestro tiempo de descanso jugando y dando vueltas porel edificio, esto lo hago para que podamos conocernos mejor con lineamientos en clases, respeto y el seguimiento de instrucciones, para reajustarlas convenciones sociales de una clase presencial.,explicó Amaguayo.

Participate Learning y su trabajo integradoLos cambios surgidos en el 2020 con la llegada del Coronavirus impactaron fuertemente a educadores y estudiantes. Los acontecimientos fueron tan repentinos que hubo limitado tiempo para el análisis y una gran urgenciapara actuar. Así, los educadores reclutados por Participate Learning, primero debieron ofrecer lecciones grabadas quese enviaban a los estudiantes, luego se pasó a clases onlineen tiempo real, luego se establecieron esquemas mixtos depresencialidad y distancia y más recientemente se ha vueltoa los salones de clase. En esta transición, los educadores, los distritos escolares, los centros educativos y el programa Participate Learning generaron un esfuerzo conjunto para apoyar el aprendizaje de los estudiantes en tiempos de aislamiento. Ahora, 100% presencial, el programa Participate Learning se encuentra en la búsqueda de nuevos maestros que quieran ser parte de este esfuerzo por una educación multicultural en los Estados Unidos. Si es educador y está interesado en vincularse al programa puede aplicar en www.participatelearning.com.

¿Cómo superar las dificultades en la educación?

A través de su experiencia fuera y dentro del país, Montserrat Amaguayo, señala que, pese a las diferencias que puedan existir entre distintos sistemas educativos, existen factores comunes que pueden ayudar a los educadores a superar las brechas educativas que se vienen arrastrando desde el tiempo de pandemia.

Amaguayo le brinda un consejo a los profesores, “Un consejo para los profesores en Ecuador, en ocasiones se tienen momentos de frustración y actitudes irrespetuosas, pero es importante recordar que se tiene que ir más allá, preguntarles si están bien y no retarlos, se les da el beneficio de la duda para generar vínculos positivos, siempre será un manejo de disciplina e invertir el vínculo con el alumno. A los estudiantes hay que escucharlos, entenderlos y guiarlos para que puedan tener una formación sana.”

Monserrat Amaguayo, por su parte concuerda que la importancia emocional en los estudiantes como un como un disparador para la recepción de nuevos conocimientos o aprendizajes. “El acompañamiento socioemocional se trata de recordarles y preguntarles cómo se siente, si todo está bien, para ser parte de su formación integra, los profesores intentamos ser un espacio seguro y que se sientan cómodos, para cuando salgan se sientan seguros en la sociedad, positivos sepan resolver conflictos, cuidar su salud mental, ese rol lo tenemos como profesores.”