El 22 de noviembre del 2018 tuve el honor de ser electa Reina de Quito 2018 – 2019, asumiendo esa dignidad con absoluta responsabilidad y compromiso para con mi ciudad natal, pues desde el primer día dije y ratifico que “Reinar es Servir”.

Durante estos meses de reinado, he recorrido, conocido y profundizado las necesidades de mi ciudad y su gente, en especial, de los infantes, jóvenes, mujeres y adultos mayores.

Ante los últimos acontecimientos y decisiones adoptadas por el Señor Alcalde de Quito y la Señora Presidenta del Patronato San José de eliminar el evento de elección Reina de Quito, considero que es mi deber pronunciarme en la forma y términos siguientes:

1. Comparto el criterio de que la belleza física es pasajera y subjetiva, pero la belleza espiritual, sentimental y moral es la que más valoramos y recordamos de un ser humano, y justamente esto último, es lo que han reflejado y demostrado por casi 60 años, cada una de las señoras y señoritas que, en determinada época, ostentaron la dignidad de Reina de Quito.

2. Nos encontramos en un Estado de Derecho, y por ende, existe un derecho constitucional a la libertad de opinión y pensamiento.

Soy respetuosa de los criterios, opiniones y decisiones de toda persona, no se diga de las actuales autoridades municipales, con quienes he tenido el gusto de compartir, conversar y por supuesto discrepar, pero siempre con absoluta educación y respeto, lo cual debo resaltar en el Señor Alcalde y Señora Presidenta del Patronato San José.

Mi proyecto social “Yo Decido Amarme y Cuidarme” fomenta el amor y el respeto entre los seres humanos, por eso, también invito y solicito que mi pensamiento y pronunciamiento sobre este tema sea respetado en igual forma.

Quienes hemos tenido el honor de ser Reina de Quito, NO por un tema de belleza ni estereotipos, también merecemos respeto a nuestras ilusiones, sueños, creencias, proyectos y tradiciones. Discrepar nunca será incorrecto, pues así se fortalecen todas las relaciones sociales y se procura una sociedad más justa y equitativa. Lo errado, es no respetar los derechos y gustos de las demás personas, y no buscar un equilibrio entre ambos pensamientos o gustos. Siempre, se pueden solventar las divergencias y conseguir beneficios comunes y colectivos, pero para ello es necesaria la voluntad y predisposición de todas las partes involucradas, sin importar las ideologías o géneros.

3. Este martes, al igual que toda la ciudadanía, conocí por los medios de comunicación que no se realizará la elección de Reina de Quito. Inmediatamente, solicité y mantuve reuniones con: el Señor Alcalde de Quito (Dr. Jorge Yunda), Señora Presidenta del Patronato San José (Economista Liliana Yunda), Directorio de la Fundación Reina de Quito, Corte de Honor 2018 – 2019 y demás personas relacionadas e involucradas con estos hechos de conocimiento público, para conocer más de cerca cuál fue el motivo para adoptar una decisión de esa magnitud, la cual para muchos ciudadanos es correcta, pero para muchos otros es negativa, sorpresiva y apresurada.

Luego de las conversaciones mantenidas con las autoridades municipales, entiendo y aplaudo el hecho de promover una política para revalorizar a la mujer; generar una cultura de inclusión y diversidad; pero NO COMPARTO la opinión de que “los concursos de belleza reproducen roles de género que construyen estereotipos sociales” y menos aún, puedo aceptar que las ex Reinas de Quito, mi actual Corte de Honor 2018 - 2019 y mi persona hayamos sido o seamos mujeres cosificadas (ni convertidas, consideradas o tratadas como una cosa). Habrán personas que consideren que las reinas has sido estigmatizadas como mujeres rubias, de ojos verdes o azules, medidas 90 – 60 – 90, pero en el caso de las ex Reinas de Quito, Corte de Honor 2018 – 2019 y mío, creo que NINGUNA CUMPLIMOS esos requisitos ni estamos enmarcadas en esos ESTEREOTIPOS de fémina. Por el contrario, considero queSOMOS MUJERES valiosas, valientes, probas, honradas y sobretodo con inmenso amor por nuestra ciudad, que quizás tengamos defectos como toda persona, pero no por ellos somos más o menos que otras mujeres. Me atrevo a aseverar que las distinciones otorgadas a cada una de esas mujeres, muchas de ellas aquí presentes, fueron por sus valores, carisma, sentimientos, ética, moralidad y muchas otras virtudes y lo afirmo porque durante estos meses he compartido con estas ex Reinas de Quito y mi actual Corte Honor, quienes ante todo son damas a carta cabal. Por eso, NO encuentro motivación constitucional, legal ni técnica para justificar la eliminación de certamen –con tradición quiteña– y de una fiesta que no hace daño a nadie, sino por el contrario contribuye a un ambiente de solidaridad en la comunidad.

Soy una Reina que justamente derrumbó esos estereotipos, y sobre todo una mujer que DECIDO AMARME Y CUIDARME TAL COMO SOY. Soy una mujer responsable, trabajadora, empoderada, emprendedora, con sueños y metas, inteligente, y capaz de lograr cualquier cosa que me proponga, pero NO me considero ni una cosa ni un objeto de nadie ni para nadie. 

4. La trascendencia del Reinado de Quito, se descubre con el legado de las 58 damas que me han precedido en esta función; mujeres bellas en cuerpo y alma que realizaron un reinado de amor; que pusieron sobre sus hombros una misión de servicio a su ciudad; que organizaron innumerables actos y eventos donde demostraron su cariño y solidaridad para con los quiteños y de los quiteños para con ellas.

5. En estos meses aprendí y reforcé que el reinado es un voluntariado en donde se debe actuar con compromiso y valentía; donde la persona a quién con cariño se la llama “soberana”, es la principal servidora, ya que coadyuva a través de la obra social a generar un Quito más inclusivo y solidario.

Mientras tenga la responsabilidad de actuar como Reina de Quito lo haré respetando las decisiones de la autoridad, pero por sobre todo trabajando por mantener el legado que llevo con orgullo en beneficio de nuestra amada ciudad y su gente. Mi gestión continuará durante el período para el cual fui electa, a menos que las autoridades municipales dispongan lo contrario, y a su finalización daré una rendición de cuentas sobre los diferentes proyectos, campañas y eventos desarrollados.

6. Culminado mi período, continuaré efectuando obra social como lo he hecho a lo largo de mi vida. Este compromiso con mi ciudad y mi país es eterno. Es verdad que, no se necesita de una corona y una banda para realizar servicio social, pero el Reinado de Quito es una oportunidad para servir, conocer más a profundidad las necesidades de los diferentes grupos vulnerables, tener mayor cercanía con los ciudadanos y poder ayudar desde un escalón más arriba.

El reinado es una llave que abre puertas, ante instituciones públicas y privadas, no para gestiones o intereses personales de la Reina de la época, sino para que ella pueda buscar y solicitar ayuda en beneficio y mejora de los más necesitados.

7. Aprovecho la ocasión para solicitar a todos los capitalinos, medios de comunicación y empresa privada, que NO dejen de colaborar, apoyar, coadyuvar y trabajar por un Quito más inclusivo, solidario, humano y que siga contribuyendo con la obra social que, día a día, realizo en mi calidad de Reina de Quito junto a la Fundación Reina de Quito en beneficio de niños vulnerables y adultos mayores que necesitan de nuestra ayuda.

8. A los capitalinos debe comunicarles que la Reina de Quito realiza un trabajo gratuito, no recibo ni manejo recursos o fondos públicos. Todos los recursos han salido a través de autogestión y desde la empresa privada, a quienes reitero mi sincero y total agradecimiento. 

9. Finalmente, expreso mi agradecimiento al Ecuador entero y en especial, a las quiteñas y quiteños que siempre me reciben con cariño en cada lugar que visito. Gracias Quito! Gracias Ecuador!