El primer tren
de lujo con hospedaje en Sudamérica. Belmond Andean Explorer recorre durante
3D/2N Cusco, Puno y Arequipa.
Tras partir de
Cusco el campo se apodera de las ventanas y se dejan atrás pueblos como
Oropesa, tierra de panaderos, y las lagunas de Huacarpay y Urcos. Después de
una parada en el complejo arqueológico de Racchi el paisaje empieza a cambiar y
las montañas se achican para dar paso a la planicie de la meseta del Collao. Se
ingresa a Puno luego de un increíble atardecer en el lago Titicaca. Al día
siguiente se navega hacia las islas flotantes de Uros y la isla de tejedores de
Taquile. El tren amanece en la laguna Saracocha, en la mañana se visitan las
pinturas rupestres de las cuevas de Sumbay y el almuerzo es en la agradable
ciudad de Arequipa.
Cuenta con rutas alternativas y más cortas de 2D/2N - Arequipa-Puno-Cusco y 1D/1N - Cusco-Puno y Puno-Cusco.
A la Reserva
Nacional Pacaya Samiria le dicen la selva de los espejos porque cuando el cielo
se refleja en las oscuras aguas del río, es difícil distinguir de qué lado está
el reflejo y de qué lado está la realidad.
En las aguas de
esa jungla misteriosa navegan cruceros boutique que se internan en los
recovecos de los bosques inundables para observar más de cerca la flora y la
vida silvestre. El elegante Aria Amazon de Aqua Expeditions, es un barco de 16
suites donde se podrá disfrutar de una experiencia culinaria creada por el
reconocido chef Pedro Miguel Schiaffino; por otra parte, Delfin Amazon Cruises,
el primer crucero en el mundo parte de la asociación Relais & Chateaux,
ofrece tres embarcaciones.
Las travesías,
en ambas embarcaciones, incluyen actividades como avistamiento de fauna, entre
las que destacan la observación de delfines rosados. También se realizan viajes
en canoa o kayak, pesca, caminatas por la selva, visitas a comunidades,
Cabe destacar
que recientemente, los World Cruise Awards ha reconocido a Perú como el mejor
destino de cruceros fluviales del mundo y el mejor destino de cruceros
fluviales de América Latina.
La gastronomía peruana es exquisita, no hay quien la pruebe y le sea indiferente. Las inmensas riquezas de sus tierras y la diversidad cultural que se manifiesta en cada platillo, receta y uso de ingredientes, logrando que cada ciudad de este maravilloso país posea un plato típico con un sabor inigualable. En ese sentido, se puede decir, que la comida peruana ha sido el resultado del converger de miles de productos del campo y decenas de culturas vivas, que por siglos han compartido un solo territorio, creando una amplia oferta en donde el paladar es el mejor jurado.
Entre el río
Pisco y el río Ica, en la costa peruana, hay 150 kilómetros en los que el
viento corre a sus anchas,
Los recorridos por este mar de arena con colosales dunas y áridas planicies se realizan en una camioneta doble tracción y terminan al atardecer, en un campamento equipado con todo lo necesario para estar a gusto. Allí se realiza una cena gourmet bajo las estrellas en medio de un relajante silencio
En esta región
se ha implementado ‘La ruta del pisco’, que consiste en recorrer antiguas y
modernas bodegas, donde es posible recorrer los viñedos, aprender sobre los
procesos de elaboración del pisco, así como catar las variedades de pisco que
se producen en la zona.
Algunas de las bodegas que se pueden visitar
en la ruta son: La Caravedo, Queirolo y Tacama, ellas además ofrecen servicios
de alimentación y alojamiento.
El pisco es una
bebida espirituosa muy versátil, perfecta para crear innovadores y novedosos
cocteles, si bien es cierto el pisco sour es el coctel insignia del Perú, hoy
en día las cartas de bares, restaurantes y hoteles ofrecen una amplia variedad
de cocteles a base pisco producto de la creatividad de los bartederes y
mixologos peruanos que lo invitan a disfrutar de esta noble bebida.
Algunas de las
playas de agua dulce del lago Titicaca tienen sol casi todo el año, suave arena
y oleajes ligeros. En sus alrededores crecen tallos de totora entre los que se
refugian más de 100 especies de aves. Las travesías en embarcaciones de totora
permiten ver parte de este ecosistema y acampar en alguna playa cerca de la
comunidad de Llachón, destino con una interesante oferta de turismo rural, o en
Taquile, una isla de hombres tejedores que mantienen sus tradiciones
ancestrales.
Titilaka es un
hotel de tres niveles que se yergue, solitario, sobre una pequeña península
entre dos playas de arena beige. El intenso sol del mediodía anima a ciertos
huéspedes a sumergirse en las frías aguas del lago Titicaca, otros se dirigen
al boat house y eligen entre kayaks, canoas canadienses, tablas de SUP y
veleros sunfish que pueden llegar fácilmente a las islas cercanas. En el
restaurante, la chef María Fe García propone una cocina creativa donde
predominan los productos locales y las cosechas de su biohuerto.