Datos del Banco Mundial indican que el camino de la recuperación económica en Latinoamérica posterior al COVID aún es largo. Se necesita la estabilización de varios factores para que el crecimiento general de la región regrese al nivel previo a la pandemia. En medio de esto, la transformación digital continúa como un imperativo estratégico para las organizaciones y va de la mano con el desarrollo del talento y el fortalecimiento de relaciones de confianza. Juntos, estos elementos impactan en nuestra vida diaria como personas y profesionales, y son clave para la construcción de un futuro prometedor.
Aunque el escenario no parece el más favorable y está lejos de lo ideal, las crisis traen oportunidades y los líderes empresariales están repensando cómo operar a lo largo de toda la cadena de valor. Están buscando maneras de mejorar su infraestructura para obtener más flexibilidad, fortalecer la seguridad cibernética y reducir el impacto ambiental en cada paso del camino. Al mismo tiempo, están redefiniendo cómo los humanos y la tecnología trabajan juntos y reforzando las culturas organizacionales que ubican a las personas en primer lugar. De hecho, de acuerdo con la investigación realizada por el IBM Institute for Business Value, la innovación abierta, las asociaciones con el ecosistema y las experiencias integradas de los clientes son cada vez más importantes para los líderes empresariales.
Las elecciones y las inversiones que se están realizando hoy definirán, en gran parte, las posibilidades que se abrirán para nosotros. En la actualidad, ya podemos contar con conocimientos basados en datos que ayudan en ese proceso, para que cada decisión sea más fácil, completa y segura. Entonces, ¿Cómo podemos aprovechar todo eso para dirigirnos sabiamente hacia el futuro?
1. Enfocarse en el propósito
Los valores que establecen las empresas son la base que permite generar confianza y transparencia para mantener relaciones sólidas con los empleados, clientes, socios y todo el ecosistema. Son fundamentales para brindar transparencia comercial y fortalecer las marcas, además de indicar un rumbo claro. Es necesario que los valores sean respaldados por objetivos específicos en torno a la sostenibilidad ambiental y a la responsabilidad social, lo que permitirá medir el progreso regularmente.
Nada de esto es posible sin las personas en el centro de la estrategia, porque eso crea la conexión con el propósito, lo que hace que pueda reflejarse efectivamente en las acciones. Líderes y empleados deben establecer cambios para sentirse respaldados y que puedan trabajar con autenticidad, lo que contribuye -a corto y largo plazo- al bienestar de los profesionales, de las empresas y de aquellos que son atendidos por ellas.
2. Invertir para diferenciarse
Adoptar nuevas tecnologías va más allá de implementar los mejores enfoques, servicios y soluciones para operar. Es fundamental invertir en mejorar las competencias que serán necesarias para utilizar esas tecnologías. Eso ayuda a fortalecer la colaboración entre humanos y tecnología, que es clave para aprovechar al máximo la transformación digital, además de ser una forma de minimizar las brechas de integración.
Es necesario observar las áreas que ya están maduras en ese proceso y otras que pueden beneficiarse de la inteligencia artificial y de la nube híbrida, para que no queden atrás. Al mismo tiempo, la seguridad es otro asunto que se debe destacar. Adoptar un enfoque de confianza cero puede fortalecer las asociaciones entre ecosistemas e impulsar la innovación, pensando en la protección de cada parte interesada, cada dispositivo y cada conexión. Bien implementadas, las tecnologías pueden ayudar a generar conocimientos y promover la innovación. El catalizador de ese movimiento son las personas, su conocimiento y el talento que aplican a sus actividades.
3. Abrir espacio para el aprendizaje continuo
La transformación es un proceso continuo. Las empresas deben aprender a lidiar con los riesgos y con los errores para encontrar la combinación de tecnologías que las lleve al siguiente nivel -que puede ser el de la disrupción. Desarrollar la agilidad y buscar el aprendizaje continuo hoy es el paso que ayuda a las empresas a prepararse para enfrentar los grandes desafíos que encontrarán en el futuro.
Es por eso que la innovación debe ser tratada como un deporte de equipo, practicado entre miembros internos y externos de la organización. La colaboración debe estar presente en las relaciones con socios y el ecosistema en general -a menudo incluida la competencia-, y será cada vez más necesaria a medida que las industrias continúen con su proceso de transformación digital.
Para avanzar en el 2022 y ver el progreso futuro necesitamos estar atentos a las personas y las relaciones que establecemos, y cómo la tecnología es fundamental para enfrentar los retos y aprovechar las oportunidades que vendrán.