En Quito existen alrededor de 6.190 Bienes Patrimoniales, de los cuales su mayoría se distribuyen en el Centro Histórico y en sectores como La Mariscal y La Floresta. Si bien estos bienes deberían conservarse en buen estado y ser utilizados de manera eficiente por el valor que tienen, el 30% se encuentran abandonados, deteriorados y sin uso. Esto ha traído múltiples problemas tanto para sus propietarios como para quienes circulan por la zona, principalmente porque generan inseguridad y se han convertido en un riesgo.

Sin embargo, antes de abordar esta problemática social y cultural, es necesario entender que un bien inmueble son aquellas edificaciones que, por antigüedad o por su impacto arquitectónico e histórico, son declarados como tal. Por ello, en el Ecuador son los gobiernos descentralizados y los municipios quienes deben garantizar su conservación, por lo que quienes son propietarios de estas edificaciones deberían recibir una cobertura del 50% de sus arreglos y facilidad de pago del otro 50% en el impuesto predial.

Esto implica que los propietarios de bienes inmuebles cuenten con un presupuesto de manutención, lo que en muchas ocasiones es difícil. La Dra. Elisa Fabara, dueña de un bien patrimonial en La Mariscal, afirma que es demasiado caro realizar adecuaciones a estas construcciones y que no ha recibido ningún apoyo del Municipio. Al contrario, pide a las autoridades que se recuperen estos bienes para reactivar la economía, ya que el sector donde ella vive quedó abandonado después de la pandemia.

Por otro lado, Esteban Albán, vocero del Colectivo Quito Patrimonio Sostenible, manifiesta que es complicado que los propietarios cuenten con el presupuesto para la manutención de estos bienes. Asegura que la mano de obra cuesta tres veces más que una reparación normal, ya que se deben considerar cuidados y técnicas especiales. Además, menciona que, para contar con el apoyo del Municipio de Quito, los trámites de subvención tardan demasiado tiempo, por lo cual varias personas prefieren no aplicar y por ende, las edificaciones se encuentran deterioradas.

De esta forma, se estima que alrededor del 50% o 60% de habitantes de sectores como La Gasca y La Floresta se encuentran perjudicados. Considerando que no solo los propietarios tienen limitaciones para hacer arreglos, sino que vecinos o casas aledañas tienen restricciones de edificabilidad, ya que se debe garantizar la visibilidad de las fachadas de los bienes inmuebles. Esto sin duda, afecta al desarrollo económico y al crecimiento de la ciudad, puesto que estas restricciones no permiten la inversión de nuevos proyectos.

Ante esta problemática surgió el Colectivo Quito Patrimonio Sostenible, que está conformado por propietarios de bienes patrimoniales, quienes buscan que se definan planes de acción para el cuidado y preservación de estos bienes. De esta forma, sería más factible hacer uso de ellos y que resulten atractivos para posibles proyectos e inversores, que aporten al desarrollo del comercio, la cultura y sobre todo el turismo.

Esteban Albán, vocero del colectivo y presidente del espacio sociocultural El Útero, indica que se busca el apoyo del Municipio para que estos bienes, que se caracterizan por su valor arquitectónico e histórico, sean promovidos como espacio de difusión cultural o artística. Para ello, al menos el 20% de bienes patrimoniales son propiedad del Municipio de Quito, por lo que ahí ya hay una oportunidad.

Finalmente, el uso adecuado, la reestructuración y manutención de bienes patrimoniales podría contribuir a la reactivación tanto cultural como económica de barrios tradicionales de Quito. Esto garantizaría la apertura y el fomento al comercio, lo que evitaría que sean zonas abandonadas e inseguras. Asimismo, un bien inmueble al que se le saca provecho a través de arriendos o comercio, se vuelve autosostenible para su mantenimiento y no se requiere únicamente del apoyo de entidades públicas.