La grifería es un elemento clave en el cuarto de baño, y no solamente por motivos decorativos sino también funcionales. Por eso es importante saber elegir el grifo de lavabo que mejor se adapta a nuestro espacio, así como la grifería de la ducha o la bañera. Hoy te damos algunas poderosas razones para optar por modelos empotrados en la pared.

Grifos de última generación


Los grifos de hoy son mucho más que un mecanismo que proporciona agua fría o caliente cuando se acciona el mando. Esto, que no deja de ser un pequeño prodigio y un privilegio dada la escasez de agua cada vez más acusada que sufre el planeta, se ve completado de forma increíble por los grifos modernos.

Hoy tenemos griferías termostáticas que nos permiten seleccionar la temperatura del agua de forma rápida y sencilla. Hay grifos que ahorran agua y otros que se accionan mediante sensores sin necesidad de tocar el mando. Incluso encontramos griferías de ducha que usan la cromoterapia para crear experiencias realmente increíbles. La tecnología ha avanzado muchísimo y los grifos se han convertido en mecanismos con muchas prestaciones. Elegirlos con acierto ha pasado a ser una cuestión prioritaria. En la imagen un modelo de Salas FV.



Inspiradas en el pasado


Hoy las griferías empotradas aportan al cuarto de baño un aire innovador, moderno. Sus líneas suelen ser limpias y sencillas, en sintonía con un estilo minimalista y contemporáneo. Sin embargo, se inspiran en el pasado, en las antiguas fuentes clásicas en las que el agua emergía de un caño en la pared.

Aunque su diseño es elegante y actual, también poseen un punto vintage que las convierte en un elemento de lo más decorativo. Y esto es así a pesar de los acabados actuales, como el grifo empotrado de la foto.



De fácil instalación


Las griferías empotradas llevan el mecanismo escondido en la pared dejando solo a la vista el caño y los mandos. Parecen muy complejas a la hora de la instalación, aunque en realidad no lo es tanto, puesto que la forma en que el grifo se conecta a la tubería es igual que la de los modelos convencionales, aunque vaya oculta en el interior del muro.

El mayor inconveniente es que para instalar una grifería mural hay que cambiar el revestimiento. Por eso son perfectas para nuevas instalaciones o reformas integrales. No obstante, la instalación debe realizarla un profesional. A la hora de fijar el punto en el que se va a instalar el grifo de lavabo hay que tener en cuenta ciertos aspectos:

- Altura:

Es recomendable colocar el grifo a una distancia de entre 15 y 20 cm desde el lavabo (12 cm como mínimo) para tener suficiente espacio de uso. Sin embargo, cuanto más alto esté mayor riesgo de salpicaduras existirá.

- Longitud del caño:

El agua del grifo ha de caer un poco más atrás del centro del lavabo (o en el mismo centro como máximo).

Los diseños más actuales


Las griferías empotradas elevan la decoración del cuarto de baño con su estilo actual. Son perfectas para espacios minimalistas, sobre todo si eliges un diseño simple y moderno. Sin embargo, también hay griferías murales con un estilo retro o clásico.

Los grifos empotrados son perfectos para lavabos de sobremesa. Aunque pueden ir instalados en la encimera, ponerlos en la pared libera espacio y añade estilo propio.



Mayor sensación de amplitud


Los grifos instalados en la pared no ocupan espacio en la encimera del lavabo, lo que es una ventaja clave cuando el cuarto de baño es pequeño y no hay mucho espacio. La zona del lavabo queda libre para colocar algún accesorio como un dispensador de jabón o una jabonera. Existen modelos murales de diferentes tamaños de caño para adaptarlos a las medidas de los lavabos.

Limpieza sencilla y rápida


Una de las ventajas de elegir griferías empotradas es que resultan mucho más fáciles de limpiar, ya que no quedan recovecos detrás del lavabo ni zonas de difícil acceso. En los lavabos con grifos instalados en la encimera existe un espacio reducido entre el grifo y la pared donde se acumula la cal y la suciedad, dificultando la limpieza. Esto no sucede con las griferías murales, que ofrecen un acceso más cómodo. No solo es más sencillo tener el grifo siempre impecable sino también la encimera.



Para todo tipo de lavabos


Decidirse por una grifería empotrada facilita considerablemente la tarea de elegir el lavabo. Especialmente en espacios reducidos en los que hay que optar por encimeras estrechas de escaso fondo en las que instalar el grifo puede ser un problema. Con los modelos murales ese inconveniente desaparece y puedes instalar cualquier tipo de lavabo del tamaño y diseño apropiado.

Griferías para ducha, también empotradas


Elegir una ducha con el rociador y los mandos empotrados en la pared aporta modernidad al espacio. La ducha queda más despejada, con más espacio interior, y transmite sensación de amplitud.




Los rociadores pueden instalarse en la pared o en el techo. En este último caso se pueden elegir elementos de gran tamaño, modernos y elegantes. El agua cae con efecto lluvia, aunque es posible optar por diferentes tipos de chorro. La ducha diaria se convierte de esta manera en una oportunidad para el relax.

Mantenimiento y reparación


Por el hecho de estar integrados dentro de la pared, podría parecer que las griferías empotradas tienen un peor mantenimiento, más complicado en caso de avería. Sin embargo, la calidad de los grifos actuales hace que contar con un modelo mural sea una idea a considerar.

Hoy la instalación y reparación de estos grifos no resultan más complejos que los de los grifos convencionales. De hecho, la mayoría se puede reparar sin tener que romper el revestimiento, desmontando el caño y accediendo al mecanismo interior de la grifería. Estos elementos son pequeños y pueden integrarse en la mayoría de las paredes.