De enero a abril, 42 personas han fallecido en Ecuador en accidentes de tránsito relacionados al consumo de alcohol u otra sustancia estupefaciente. Esto representa el 5,8% del total de muertes registradas por la Agencia Nacional de Tránsito en este período. Este porcentaje, es levemente mayor a lo registrado durante todo el 2021, en donde 85 personas fallecieron, lo que representó el 4% del total de fallecidos.

A pesar de que el consumo de alcohol, según estas cifras, ocupa un bajo porcentaje en las causas de siniestros vehiculares oficiales, todavía es considerado a nivel mundial como uno de los factores más peligrosos a la hora de conducir, ya que tiene efectos directos en las habilidades y destrezas de conducción. Es así que Teojama Comercial preparó una guía completa para conocer cómo afecta el alcohol y sus niveles de impacto en el conductor, en el contexto del mes de la seguridad vial que se recuerda en junio.

“El alcohol, al contrario de lo que se cree, no es un estimulante, sino un depresor del sistema nervioso central, lo que afecta la respuesta motriz de las personas que lo ingieren, esto se traduce en la disminución de su capacidad de respuesta”, explica la Dra. Ruth Gavilanez, médico ocupacional de Teojama Comercial. 

La especialista, además, anota que los efectos pueden variar dependiendo de la concentración del alcohol en la sangre. 

“Muchas personas subestiman los efectos y cambios que produce en el cuerpo y pueden pensar que un vaso no afecta en nada. Pero lo cierto es que con unas cervezas se puede dar positivo en alcohol”. 

A continuación, detalla los cambios más comunes y peligrosos que pueden ocurrir cuando se bebe y luego se conduce:

Efectos del alcohol en la conducción según el nivel:

Una vez ingerido, el alcohol se absorbe rápidamente en el estómago y en el intestino, alcanzando las mayores concentraciones en la sangre entre los 30-90 minutos, desde que se toma o ingiere. Los efectos varían dependiendo de la cantidad y niveles que se haya consumido.

Leve: Se considera un estado de embriaguez leve cuando el nivel de alcoholemia del individuo se encuentra en 0.3 - 0.5 g/l. Los efectos ocasionados en esta fase son: afectación leve del rendimiento psicomotor, reducción en la percepción de luces, distorsión en la percepción de distancias, disminución del campo visual (efecto túnel), euforia leve y sobrevaloración de las facultades.

Moderada: Se considera un estado de embriaguez moderado cuando el nivel de alcoholemia del individuo se encuentra en 0.5 - 1 g/l. Dentro de los efectos se encuentran: deterioro moderado del rendimiento psicomotor, alteración en la coordinación manual, deterioro en la percepción de la luz roja, aumento en el tiempo de reacción, impulsividad y agresividad al volante, desinhibición, predominio de la euforia con falta de concienciación de los peligros reales, dificultad para hablar y coordinar movimientos.

Intensa: Se considera un estado de embriaguez intensa cuando el nivel de alcoholemia del individuo se encuentra en 1 - 2 g/l. En esta tercera fase se presentan mayores efectos como: deterioro grave de rendimiento psicomotor, conducción temeraria por poca apreciación del riesgo, reducción de agudeza visual, falta de coordinación de movimientos, reducción de visión periférica y de recuperación al deslumbramiento, visión borrosa y doble, falta de coordinación de movimientos, agresividad, euforia excesiva y pérdida del control de facultades superiores.

Completa: Se considera un estado de embriaguez completa cuando el nivel de alcoholemia del individuo se encuentra en 2- 3 g/l. En esta última fase se presentan: deterioro muy grave de rendimiento psicomotor, visión muy borrosa, descoordinación grave, confusión, estado de apatía y somnolencia.

Coma o muerte: Se considera un estado de coma o muerte cuando el nivel de alcoholemia del individuo se encuentra en 3-5 g/l. En esta fase la persona pierde todas las capacidades motoras, lo que imposibilita la conducción y se considera un estado de coma. Con 5 g /l de alcoholemia se puede ocasionar muerte por parálisis de los centros respiratorios y vasomotores.

Es importante mencionar que, no existe un límite seguro en el consumo de bebidas alcohólicas, ya que no solo depende del contenido de gramos de alcohol por bebida, sino del metabolismo del individuo. Por este motivo, es importante no conducir cuando se consumen bebidas que mantengan un grado alcohólico.

¿Existen niveles permitidos?

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) existen niveles permitidos, pero estos van a depender del metabolismo del cuerpo y el tipo de bebida que se ha consumido. En ocasiones basta una cerveza de 330 ml para que una persona pueda alcanzar estos niveles, los niveles son 0,3 gr/l (en sangre) - 0,15 mg/l (en aire espirado). En los hombres, 3 cervezas o 3 vinos son suficientes para llegar a un nivel de alcoholemia de 0,5 gr/l y, en el caso de las mujeres, 2 cerveza o 2 vinos son suficientes para llegar a un nivel de alcoholemia de 0,5 gr/l.

En Ecuador existen tres tipos de sanciones al manejar bajo los efectos del alcohol, en el artículo 385 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), se establecen las siguientes sanciones:

Primer grado: Si el nivel de alcohol por litro de sangre es de 0,3 a 0,8 gramos, se aplica una multa de un salario básico unificado ($425), pérdida de cinco puntos en la licencia de conducir y cinco días de privación de la libertad.

Segundo grado: Si el nivel de alcohol por litro de sangre es de 0,8 a 1,2 gramos, se aplica una multa de dos salarios básicos unificados ($850), pérdida de diez puntos en la licencia de conducir y quince días de privación de la libertad.

Tercer grado: Si el nivel de alcohol por litro de sangre supera 1,2 gramos, se aplica una multa de tres salarios básicos del trabajador, suspensión de la licencia de conducir por sesenta días y treinta días de privación de la libertad.

De igual manera, se debe concientizar a los ciudadanos de los riesgos que implica manejar bajo los efectos de estas sustancias. 

“El alcohol produce un efecto anestésico sobre ciertas áreas del cerebro, lo que provoca una pobre reacción en un evento imprevisto. Estudios científicos determinan que el alcohol destruye células nerviosas e impide una buena conexión neural entre las mismas, motivo por el que la función cerebral está deteriorada y al momento de conducir se reduce el tiempo de reacción, incrementando la posibilidad de sufrir un siniestro de tránsito“, concluye la Dra. Ruth Gavilánez, médico ocupacional de Teojama Comercial