Descansar bien por la noche es indispensable para rendir al máximo durante el día. Gozar de un sueño conciliador es favorable para recargar la energía que el cuerpo necesita.

Por ello, para facilitar este descanso, debemos tener en cuenta tanto el colchón, como el somier y la almohada que utilizamos para dormir.

Si estás pensando en cambiarte el colchón porque el que tienes no te permite descansar bien, debes saber que no es una elección fácil, pues los hay de muchos tipos y materiales, y cada uno de ellos se adapta a una clase de personas.

Además, si en tu caso no tienes muy claro qué tipo de colchón necesitas, es necesario que aprendas a diferenciar las distintas características que componen un colchón para así elegir fácilmente y no equivocarte.

En primer lugar, debes saber que no porque un colchón sea más caro será más bueno para ti, sino que debes invertir bien y apostar por las características que tu cuerpo necesita.

Respecto a los materiales, hoy en día existe el colchón de muelles, colchón de espuma de poliuretano, colchón con capa de espuma viscoelástica, colchón de látex… infinidad de tipos y todos ellos diferentes entre sí.

Pero además del material que rellena el colchón, también es importante la base sobre la que va a descansar el mismo, pues hay somier de láminas, tablas tapizadas o somier de muelles.

En definitiva, la hora de escoger un buen colchón, es importante que seas consciente de que no valdrá con sentarte y palparlo, pues cuando estés en la tienda debes probarlo bien y ver cómo resulta tumbado en diferentes posturas.

Una buena opción para ver si es el adecuado para ti es tumbarse de espaldas y pasar una mano entre la zona lumbar y el colchón. Si hay demasiada holgura el colchón, puede que entonces sea muy rígido para tu persona, pero si la mano no pasa es que el colchón es demasiado blando y el cuerpo se hunde en exceso, por lo que hay que encontrar un punto medio.

Con el objetivo de que elijas el mejor colchón para ti, a continuación, exponemos algunas preguntas que, según CHAIDE, debes hacerte antes de decantarte por uno.

¿Cuánto pesas?

Primero de todo, debes tener en cuenta tu peso y tu altura. Si pesas bastante, necesitarás un colchón firme con buena sujeción, pues en los blandos terminarías hundiéndote.

En el caso de personas que pesan poco, los colchones deben ser de mayor flexibilidad para que se adapten a su contorno y puedan repartir mejor el peso.

La altura también es importante, pues que no se salga tu cuerpo fuera del colchón es imprescindible para descansar mejor.

¿En qué posición duermes?

A la hora de elegir el colchón, es importante tener en cuenta la posición en la que duermes. Si duermes boca arriba sobre la espalda, debes escoger colchones duros.

En cambio, si duermes de lado, el colchón deberá ser de menor firmeza para que el hombro pueda hundirse levemente hasta dar con una posición cómoda.

¿Te mueves al dormir?

Si mientras duermes eres de los que te mueves, lo mejor es optar por un colchón duro para girarte sin esfuerzo, ya que en un colchón blando te hundirías y no descansarías bien.

¿Eres caluroso?

En el caso de que seas una persona calurosa o vayas a vivir en un lugar cálido, lo mejor son los colchones de muelles, pero si eres más friolero, te conviene un colchón de espuma, de látex o de material viscoelástico para conservar bien el calor.

¿Vas a dormir tu solo o con más personas?

Otro punto a tener en cuenta es si vas a disfrutar solo del colchón o es para dos personas. En ese caso, es conveniente elegir el mejor para los dos. Si son muy diferentes, siempre puedes optar por unir dos colchones pequeños.

¿Eres alérgico a algo?

Por último, a la hora de escoger un colchón, deberás considerar si eres alérgico al polvo o asmático, ya que en esos casos se recomienda utilizar un colchón de espuma o de látex con una funda lavable, excepto si eres alérgico al látex.