Con la llegada del siglo XXI, muchos aspectos de la vida cotidiana cambiaron, y los procesos de enseñanza y aprendizaje no son ajenos a la contemporaneidad. Sin lugar a dudas, el sistema educativo ha logrado transformarse y dinamizarse, principalmente gracias a la tecnología. En el estudio de idiomas, por ejemplo, cada día evolucionan y se perfeccionan múltiples dispositivos y herramientas digitales que tienen como objetivo facilitar estos procesos, haciéndolos más entretenidos, digeribles y precisos.

Con estos antecedentes, es importante saber que estos cambios, inevitablemente, demandan de nuevas habilidades, tal como lo señala Eduardo Icaza, Director Académico del Centro Ecuatoriano Norteamericano (CEN), quien manifiesta que “es esencial que, tanto el docente como el alumno, adopten y hagan suyo el gran abanico de herramientas digitales con las que contamos hoy para dinamizar la clase, trayendo consigo el uso de las llamadas ´habilidades del siglo XXI´.”

El programa de inglés del CEN ha logrado adaptarse exitosamente a esta nueva realidad dentro de su metodología. En base a esa experiencia, su director académico comparte a continuación una explicación detallada de algunas de las habilidades imprescindibles para quienes quieren aprender inglés.

1. Capacidad de adaptación a los cambios
Para empezar, es necesario abolir paradigmas. “El enfoque tradicionalista de la educación, al menos en lo que respecta al aprendizaje de un nuevo idioma, quedó de lado; los procesos de memorización o teorías basadas netamente en conceptos gramaticales, grandes listados de vocabularios y traducción permanente, resultan insuficientes para las necesidades del mercado contemporáneo”, comenta Icaza. La persona que busca aprender inglés necesita estar abierta a nuevas prácticas educativas, que no sólo se basan en la lectura y la escucha, sino que se fundamentan en una participación constante y activa por
parte de los alumnos. Con este sistema, se pretende desarrollar un idioma mucho más social, con intervenciones orales más fluidas y reales, que serán muy útiles al momento de poner en práctica el idioma en circunstancias del día a día.

2. Curiosidad tecnológica
No se puede hablar de nuevas habilidades de aprendizaje sin referirse a la tecnología. Son múltiples y diversas las herramientas tecnológicas con las que se cuenta hoy en día, que facilitan el aprendizaje del inglés. “Esta integración didáctica es esencial, porque además de ser un valioso recurso al momento de generar entornos más amigables y atractivos para el estudio, en situaciones críticas como la pandemia, abrió oportunidades que antes no habíamos siquiera considerado, como el estudio del idioma en formato 100% online”, asegura el representante del CEN. Por esto, es indispensable que se adopten las diversas tecnologías disponibles, y que se mantenga una constante actualización, que permita a los alumnos y docentes obtener el máximo provecho de cada una de estas herramientas.

3. Pensamiento crítico
Esta habilidad es interdisciplinaria y valiosa, no sólo en el estudio del inglés, sino en cualquier tipo de aprendizaje. “Es evidente que aquellos conceptos que memorizamos, sin ningún tipo de razonamiento, no se hospedan en nuestro cerebro de la misma manera que aquellos que logramos interiorizar, analizar y profundizar”, indica el experto. El pensamiento crítico llama a procesar el contenido estudiado y trabajarlo, con el fin de generar conclusiones. Al fin y al cabo, el contar y cuestionar diferentes puntos de vista, permitirá que, a futuro, este nuevo conocimiento se convierta en parte inseparable de nuestro perfil personal.

4. Resolución de problemas e inteligencia emocional

Al igual que el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la inteligencia emocional nos permiten trasladar los conocimientos a escenarios más reales. Esto nos lleva a un aprendizaje mucho más práctico, empático y útil, dejando de lado la información puramente teórica. El afrontar retos, además, despierta la creatividad, y esta es una pieza clave que puede ser muy útil al momento de querer perfeccionar aptitudes como la fluidez o la ampliación del vocabulario de un segundo idioma.

5. Comunicación y debate

Entre las transformaciones pedagógicas más relevantes está el cambio de un panorama vertical a uno horizontal. Con esto, se hace referencia a que el docente deja de ser un mero transmisor de información y se convierte en un facilitador que fomenta la participación de todos los involucrados en el aprendizaje. Este tipo de estructura permite que exista una comunicación mucho más asertiva y fluida, lo que a su vez abre paso a más procesos de debates e interacciones, que son muy nutritivos al momento de aprehender nuevas culturas y puntos de vista. “El aprendizaje integrado es el que prepara realmente al alumnado para futuros panoramas laborales a los que podrá enfrentarse. Es la mejor manera de tomar conciencia de una lengua extranjera, como canal de comunicación real y tangible”, asegura Icaza.

6.Trabajo colaborativo

Conocer que existen distintas realidades, culturas y puntos de vista, es un paso a favor que facilita el aprendizaje de una lengua distinta a nuestro idioma materno. El inglés, por ejemplo, va mucho más allá de gramática y vocabulario, ya que, al igual que otras lenguas, este idioma es el fiel reflejo de su historia y su cultura. De allí que el trabajo colaborativo resulta tan necesario al momento de construir nuevos aprendizajes en nuestro cerebro. A nivel académico, estas participaciones grupales, además, desarrollan habilidades muy necesarias como lo son la comprensión auditiva (listening) y la expresión oral (speaking).