Las Enfermedades No Transmisibles impactan la calidad de vida de millones de personas, generan altos costos para los Sistemas de Salud y han sido denominadas por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) como la gran epidemia de nuestro tiempo.

Para abordar esta situación, la consultora de comunicación LLYC, presenta el Informe Hábitos que cuestan la vida: La epidemia de las Enfermedades No Transmisibles, que ha contado con la participación de 38 expertos latinoamericanos de sociedades médicas, gobierno, academia, grupos de pacientes, organizaciones de la sociedad civil, empresas y gremios en Colombia, México, Argentina, Panamá, República Dominicana, Ecuador y Brasil, con el objetivo de responder a la pregunta ¿Cómo podemos detener esta epidemia?

El documento analiza documentos y fuentes oficiales de información de los ministerios de salud, sociedades de salud pública, centros de estadísticas en salud en 7 países de Latinoamérica, con un enfoque en la prevalencia, consecuencias y factores modificables de las enfermedades no transmisibles y contrasta los hallazgos con la experiencia de los 38 expertos participantes, que en su mayoría, definen las estrategias actuales de promoción y prevención en salud como insuficientes.

Crece la necesidad de inversión para lograr las recomendaciones de la OPS
El estudio revela diferencias entre las necesidades de los pacientes que sufren estas enfermedades y los recursos asignados para responder ante ellas. Aunque hay un compromiso universal para reducir un 30% la mortalidad prematura por estas dolencias para 2023 (OMS), acortar la brecha de inversión para las personas que viven con ENT es uno de los principales desafíos para la región de las Américas, donde la mayoría de los países todavía no tienen un presupuesto asignado a esta estrategia y no cumplen con la recomendación de la OPS de tener una inversión pública en salud equivalente al 6% del PIB para 2027.

La mirada de los expertos: Hacia un sistema de salud preventivo
El 90% de los 38 expertos que participaron en el reporte coincidieron en la necesidad de unir esfuerzos, vincular a la sociedad civil y al sector privado para obtener mejores resultados en la lucha contra estas enfermedades y mejorar la calidad de vida de las personas. Para ello, destacan la urgente necesidad de cambiar el enfoque de un modelo curativo a un modelo preventivo, ya que estamos ante políticas que se centran en la atención de las enfermedades y no en la prevención y 9 de cada 10 encuestados coincide en que los pacientes no tienen una cultura de adherencia al tratamiento.

Cuando se les preguntó por los principales desafíos para enfrentar las ENT y especialmente sus recomendaciones para reducir la carga de estas enfermedades, el 97% de los encuestados respondieron como primera recomendación o exigencia a los gobiernos la necesidad enfocarse en la prevención para mejorar la tasa de diagnóstico oportuno; el 90% mencionaron la importancia de crear programas de educación al paciente sobre estilos de vida saludables y acceso a medicamentos; el 80% señalaron la necesidad de fortalecer la atención primaria; y el 5% cita la importancia de luchar contra la contaminación del aire, del agua y estar atentos a los precursores cancerígenos en los alimentos.

Comunicación más efectiva y bidireccional
El informe identifica la necesidad de campañas que consideren la bidireccionalidad y la creatividad para generar una conexión que logre influir para cambiar los hábitos y lograr una sociedad más sana con el uso y análisis de datos, nuevas tecnologías y nuevos canales de comunicación. Se requiere un liderazgo que busque un nuevo esquema de relacionamiento para lograr la participación de diferentes sectores, identificar territorios de conversación y oportunidades para crear una nueva narrativa que impulse al cambio entre los pacientes y sus influenciadores para inspirar un esfuerzo coordinado que logre los resultados esperados para el 2030, meta establecida por la OMS.

Y concluye que el éxito se verá reflejado en el cambio de hábitos y en el aumento de los 10 indicadores de seguimiento de los progresos en relación con las ENT, establecidos por las organizaciones multilaterales globales y regionales (NCD Alliance, OMS, OPS).