(de izquierda a derecha): Representantes de Holcim Ecuador, Nirsa, Conduespol, Cervecería Nacional, Bimbo Ecuador junto a las graduadas de la Segunda Promoción Mujeres al Volante.
- La equidad de género, independencia económica y nuevas oportunidades es lo que a través de la iniciativa Mujeres al Volante promueve Holcim Ecuador junto a sus aliados Nirsa, Cervecería Nacional, Conduespol, Conexpet, Bimbo y el aval ONU Mujeres.
- Un total de 22 estudiantes se graduaron y obtuvieron la licencia profesional tipo E, lo que les permitirá operar camiones pesados y extrapesados con o sin remolque.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos, INEC, las mujeres poseen una tasa mayor de desempleo en el país. A escala nacional, el 4.7%, de las mujeres estuvo en situación de desempleo en enero del 2023, mientras que la tasa de los hombres fue de 3,1%. Sin embargo, hay una reducción de tres puntos frente al año pasado, cuando las mujeres tenían una tasa de desempleo de 6,7%.
Entre sus principales razones año a año está la lucha en romper las brechas que existen entre mujeres y hombres para alcanzar un futuro más justo en relación con la equidad de género, independencia económica, nuevas oportunidades y beneficios en todos los ámbitos. Con base a estos paradigmas y fomentando la diversidad e inclusión fue con lo que dio inició a la Ceremonia de Graduación de la II Promoción Mujeres al Volante, a través de la intervención de la Ab. Caterina Costa, que se llevó a cabo el miércoles 25 de octubre, en el auditorio Steem de la ESPOL.
“La igualdad de oportunidades para la mujer es más que un objetivo, es una condición necesaria para el desarrollo de las personas, de las familias y la sociedad”, explica Costa.
Gracias al Programa Mujeres al Volante, la primera escuela de conducción profesional de transporte y equipos pesados para mujeres que nació en el 2022, un total de 22 estudiantes de las ciudades de Guayaquil, Quito, Salinas, Otavalo, Cuenca, El Oro y Zamora, quienes formaron parte del programa de estudio que arrancó en mayo y finalizó en octubre del presente año lograron obtener su licencia tipo E, lo que les permitirá operar tráileres, volquetas, tanqueros, plataformas públicas y mixers.
Esta iniciativa es impulsada por Holcim Ecuador, Conduespol, Cervecería Nacional, Conexpet, Bimbo y Nirsa, además, tiene el aval de ONU Mujeres. Esta alianza estratégica tiene como propósito construir oportunidades en el ámbito laboral, abriendo camino para que las mujeres formen parte de cargos operativos, promoviendo que sea un país más igualitario y diverso.
En total ya son 51 mujeres, conductoras profesionales que se han graduado de este programa Mujeres al Volante, la primera promoción concluyó en marzo del presente con 29 conductoras con licencia tipo G.
Testimonios de graduadas segunda promoción Mujeres al Volante
Ma. Fernanda Santos
Para Ma. Fernanda, de 38 años, de la provincia del Guayas, pertenecer al programa Mujeres al Volante ha sido una experiencia enriquecedora, no solo por las clases sino por el compañerismo y unión que logró tener con sus compañeras y profesores. Cuenta que nunca se imaginó conducir transporte pesado, desde el año pasado quería ser parte del programa, postuló para obtener la licencia tipo G, pero no fue seleccionada hasta que en este año, en el mes de abril, la llamaron para que participe, de tal manera que obtuvo la beca y así, pudo tener la oportunidad de ser parte de este beneficioso programa.
Para ella, aprender a manejar fue un poco difícil, no tenía quien le enseñe, entre risas comenta que su papá no tenía mucha paciencia, por lo que tuvo que conseguir que alguien le explique e ir practicando. Su licencia la obtuvo a los 18 años, desde allí conduce, se considera una mujer valiente y luchadora.
En el 2022, vivió uno de los momentos más duros y lamentables, con voz quebrantada Ma. Fernanda, relata que su esposo falleció de una enfermedad fulminante, por lo que varios meses estuvo desmotivada.
“Ser parte de este programa ha sido una bendición, me sirvió como impulso para salir adelante con mis tres hijos, aprendí mucho en cada clase, lo que más me gustó fueron las prácticas, vivir la experiencia de conducir en el tráfico las diferentes maquinarias.Estoy muy emocionada y confiada en que se me abrirán algunas puertas, ahora que me gradué y obtenga la licencia tipo E voy a aplicar a varias empresas y espero ser contratada” añade.
Tras sufrir la pérdida de su esposo, Ma. Fernanda, emprendió su propio negocio, tiene una cafetería y atiende todos los días, de esa forma, solventa los gastos de su familia. Ella, es una inspiradora historia a seguir como mujer invencible y guerrera.
Katherine Sánchez
Katherine, una joven de 29 años, de la provincia de Pichincha. Comenzó desde los 12 años a conducir. Su padre, quien se convirtió en su instructor y principal motivador para involucrarse en esta profesión, le decía: “entre más joven se involucre en una actividad, mejores serán en el futuro”.
Durante su niñez, junto a su padre, quien era chofer profesional, ella y sus hermanos trabajaron en el negocio familiar. Después de un doloroso divorcio su madre tomaría las riendas del negocio y se dedicaría a la conducción de camionetas para la transportación de muebles, ejercicio del cual la joven también sería parte. A la edad de 18 años obtiene su licencia de conducir y con basta experiencia se involucra aún más en el negocio familiar.
En su largo recorrido, se ha encontrado con diversos obstáculos en el mundo laboral, a pesar de contar con los requerimientos que algunas empresas exigen, el simple hecho de ser mujer se considera una problemática para ejercer las funciones a las que aplica.
Katherine muestra su decepción y menciona que el mundo de la conducción profesional, nacionalmente, se visualiza como uno exclusivo para hombres. La fragilidad, que mal interpretada se les asigna a las mujeres; la inseguridad y sus consecuencias son algunos de los obstáculos a superar. La búsqueda de oportunidades de empleo en el sector ha sido ardua, pero infructuosa.
Actualmente se dedica a las ventas como mercaderista, sin dejar de añorar estar detrás de un volante, hasta que llegó la oportunidad de participar en "Mujeres al Volante".
Está joven mujer señala cómo este programa le cambió la vida, sobre todo su propia perspectiva; el rodearse de mujeres fuertes y empoderadas que vieron en la falta de oportunidades un reto a superar. Algunas de las participantes se convirtieron en sus propias jefas, conduciendo taxis de su propiedad, rompiendo todos los esquemas establecidos.
Katherine encontró la motivación que necesitaba para no rendirse, un grupo de compañeras de lucha que no están dispuestas a dejarla caer; junto a su familia, su esposo e hijos, a quienes señala como su principal motor.
Al igual que sus compañeras de MAV, esta joven mujer se ha convertido en un ícono de lucha por la igualdad de género; ha demostrado que los estereotipos son para romperse.