Sin duda, rescatar a un perro callejero es lo ideal para su bienestar, sin embargo, requiere de mucha paciencia, recursos y técnicas especializadas para que su integración al nuevo hogar sea eficaz. 

Es muy importante buscar asesoría y prepararse, considerando que será un gran cambio para la rutina de la familia y del animal mismo que de un momento a otro no tendrá la libertad a la que estaba acostumbrado, ni podrá caminar la distancia que recorría siempre y, sobre todo, puede estar a la defensiva y temeroso. “Generalmente se piensa que sacarlos de la calle es suficiente para mejorar su calidad de vida, cuando existen muchos otros factores que inciden en el proceso de adaptación: espacio, alimentación, entrenamiento para adopción de nuevos hábitos, descanso, entre otros”, explica el experto en entrenamiento canino Diego Cuazapaz, asesor de Mundo Mágico de la Mascota.

¿Qué esperar al rescatar un perro?

Lo más importante es recordar siempre que es un perro de la calle, con comportamientos que obedecen a ese entorno y que desconocen indicaciones de los humanos y que tampoco tienen un vínculo de comunicación con ellos.

Cuando son cachorros poseerán comportamientos de la madre por genética y, si fue callejera, lo más probable es que se presente tembloroso, nervioso y un poco agresivo. 

Un perro adulto, de igual manera, estará alerta a todos los estímulos del entorno y reaccionará por instinto.

Los primeros días en casa serán los más desafiantes: llorará durante toda la noche, hará sus necesidades en cualquier lugar, raspará la puerta y estará nervioso con deseos de salir corriendo. “Generalmente serán 3 días críticos, luego 3 semanas de aprendizaje/adaptación y a los 3 primeros meses ya se generará un entorno seguro para el animal”, explica el especialista.

¿Paso a paso para que el rescate sea efectivo?

Sométalo a un chequeo médico general:

El primer paso es someterlo a un control minucioso de salud. Esto es básico para descartar problemas de garrapatas, nutrición, infecciones o algún virus contagioso para humanos. 

Luego de verificar posibles enfermedades y darles tratamiento, lo siguiente es la desparasitación y ponerse al día en las vacunas.

Defina la alimentación adecuada y haga números:

Debido a que son perros de la calle, generalmente el balanceado no les sienta bien al inicio. Hay que recordar que el perro comía basura, por lo que el cambio de alimento debe ser progresivo. 

En este punto es importante evaluar el presupuesto con el que se contará cada mes, considerando que la alimentación de un perro de 20 a 25 kilos puede oscilar entre los 120 dólares mensuales, lo que equivale a un alimento de 4 dólares diarios. “Es importante gastar en un buen alimento, ya que esto influye en la salud del perro, su pelaje, olor, alergias y, la principal, consistencia de las heces”, explica el asesor de Mundo Mágico de la Mascota.

Destine espacio para su descanso, necesidades y alimentación:

Preparar los espacios que ocupará el perro es muy importante para generar una rutina en él y para que se sienta seguro y confiado en estos sitios. Se deben considerar zonas de descanso, para sus necesidades y su alimentación.

¡Entrenarlo y entrenarlo! con mucha paciencia:

“No se debe olvidar que en la calle caminaba mucho, olfateaba miles de cosas… era libre y sin órdenes, por eso es muy importante educarlo para que pueda entender los códigos básicos de convivencia en casa y crear un vínculo de comunicación con su tutor humano. Para ello se necesita acudir a asesoría especializada, solo a través de ésta es posible aprender a corregir, a premiar y a comunicarse”, explica el experto. En Mundo Mágico de la Mascota se realizan talleres gratuitos, los Pet Camp de manera constante, tanto de comunicación como de tenencia responsable de mascotas, en donde Diego brinda todos los conocimientos para entender al perro y generar una buena convivencia.

¿Qué pasa si hay otro perro en casa?

Cuando esto pasa, se debe procurar que el perro de casa le enseñe al otro, pero esto con la guía del tutor.

El contacto o encuentro entre ambos perros, sin embargo, debe ser progresivo, no directo, ya que un extraño llega a un territorio que era de otro.

Este ritual de aproximación paulatina debe cumplir pocas horas en el día, a la hora de comer colocando los platos a una distancia prudente para evitar conflicto, no dejarlos solos, entre otros.