El uso de una energía limpia es la clave para el desarrollo sostenible de Ecuador, debido a que, el Ecuador posee un potencial significativo en energía renovable, posicionándose como uno de los países con mayores oportunidades para diversificar su matriz energética en América Latina. Con su vasta riqueza natural, el país puede aprovechar fuentes como la energía hidroeléctrica, solar, eólica y geotérmica. Estas energías no solo pueden ser una solución para la reducción de las emisiones de carbono, sino también fomentar un crecimiento económico sostenible.
Según la International Trade Administration (ITA), en 2022, la capacidad de generación de Ecuador fue de 8.864 MW, de los cuales 5.425 MW (61 por ciento) correspondieron a energías renovables y 3.438 MW (39 por ciento) a fuentes de energía no renovables (combustibles fósiles derivados del petróleo y gas natural). Las energías renovables están compuestas por energía hidroeléctrica (5.191 MW - 95,68 por ciento), biomasa (144 MW - 2,66 por ciento), eólica (53 MW - uno por ciento), fotovoltaica (28,65 MW - 0,5 por ciento) y biogás (8,32 MW - 0,15 por ciento).
La energía hidroeléctrica sigue liderando la matriz energética, representando más del 60% de la producción eléctrica del país. Sin embargo, nuevas oportunidades surgen con proyectos de energía solar y eólica en algunas regiones del país como Manabí y Loja, así como iniciativas de exploración geotérmica en zonas volcánicas como el Chachimbiro.
Debido a que los últimos años (2023 y 2024) Ecuador está experimentando escasez de generación hidroeléctrica. El Ministerio de Energía y CELEC planean lanzar licitaciones para agregar generación adicional. Los proyectos futuros que se están considerando incluyen energía hidroeléctrica, geotérmica, eólica y biomasa.
En el Ecuador existe la posibilidad de optar por otras fuentes de energía renovables, debido a las bondades que estas brindan y dentro de las principales podemos enumerar:
- Energía solar: Con niveles de radiación cercanos a 5 kWh/m²/día en varias regiones, Ecuador tiene un excelente potencial para proyectos fotovoltaicos.
- Energía eólica: Las zonas costeras, como Manabí y Loja, presentan condiciones óptimas para parques eólicos, con velocidades de viento superiores a 6 m/s.
- Energía geotérmica: Los volcanes activos y zonas geotérmicas, como el Chachimbiro, ofrecen una oportunidad única para desarrollar energía constante y limpia.
Asimismo, en el Ecuador se está invirtiendo en proyectos emblemáticos para diversificar su matriz energética como: la Planta Fotovoltaica El Aromo (Manabí) diseñada para generar 200 MW; el Parque Eólico Villonaco II y III (Loja), con una capacidad instalada de 110 MW y además de algunas iniciativas comunitarias y programas para llevar paneles solares a zonas rurales, promoviendo la inclusión energética y el desarrollo local.
Es imperativo a futuro que se planteen algunas perspectivas comerciales importantes como resultado de la voluntad de Ecuador de reducir el uso de combustibles fósiles y aumentar la generación mediante energías renovables, incluidas las plantas hidroeléctricas, las plantas de gas natural y de ciclo combinado, y los proyectos de energía geotérmica, de biomasa y eólica. Por tal motivo, el gobierno de Ecuador está identificando activamente las ubicaciones óptimas para proyectos solares y eólicos de gran escala, en línea con las tendencias mundiales de aumentar la participación de las energías renovables en la matriz energética. Estas iniciativas son cruciales en un momento en que el país busca diversificar sus fuentes de energía.
También un punto favorable es que, la Constitución de Ecuador de 2008 establece explícitamente que el gobierno promoverá el uso de fuentes de energía limpias y alternativas. Este compromiso se suma a otros compromisos para promover la eficiencia energética, brindar acceso a servicios públicos, preservar el medio ambiente y mantener la seguridad alimentaria y del agua, entre otros.
Existen algunos desafíos para alcanzar las metas de 2025, que están relacionados principalmente con los altos costos iniciales de los proyectos renovables, lo que requiere de inversiones significativas y el acceso a crédito internacional, otro factor es la falta de redes de transmisión modernas que limita el alcance de la energía renovable en regiones remotas, y asimismo, las políticas públicas y el fortalecimiento de los marcos regulatorios y promoción de incentivos para el desarrollo de estas tecnologías. Por último, está lo relacionado con la conciencia social, en función de un aumento de la educación y el compromiso ciudadano hacia el uso responsable de la energía. Todos los puntos son esenciales para impulsar una transición efectiva.
Si se mantienen los esfuerzos actuales, Ecuador podría aumentar su capacidad instalada de energías renovables en un 30% para 2025. Esto contribuiría significativamente a la reducción de emisiones de carbono y al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Para lograr esto es necesario mantener el enfoque en proyectos integrales y alianzas internacionales. Una solución clave será priorizar las asociaciones público-privadas, garantizando que las inversiones sean sostenibles y de alto impacto. Además, el desarrollo de microrredes y almacenamiento energético podría resolver los problemas de intermitencia, haciendo más confiable el suministro.
Desde esta perspectiva el futuro de la energía renovable en Ecuador es prometedor. Al maximizar su potencial natural y enfrentar los desafíos con estrategias innovadoras, el país puede posicionarse como un líder regional en sostenibilidad energética. Esta transición no solo contribuirá a mitigar el cambio climático, sino que también impulsará el desarrollo económico y social para las próximas generaciones.
Fernando Gómez Berrezueta -Investigador en la Universidad Internacional del Ecuador (UIDE), Red Latinoamericana de Energía y Vehículos (RELIEVE) con experiencia en Proyectos de Sostenibilidad y Energías Renovables. como un pilar en el desarrollo profesional de sus egresados.