En el marco del Día Mundial para la Erradicación de la Pobreza (17 de octubre), la  organización internacional Ayuda en Acción hace un llamado para asumir el desafío, local y  global, de crear oportunidades de desarrollo para que la pobreza deje de ser una herencia  familiar. 

En el mundo, 2 de cada 10 personas viven en situación de pobreza con menos de 3,65 dólares por  día1, y en Ecuador cerca de 3 de cada 10 personas viven en situación de pobreza2con menos de 2,96  dólares por día. Sin duda las zonas rurales son las más afectadas, ya que en las mismas cerca de 5 de  cada 10 personas viven en pobreza3, y quienes enfrentan pobreza extrema viven con menos de 1,67  dólares por día, muy por debajo de la canasta básica familiar que actualmente tiene un costo de 779,  61 dólares. 

La pobreza en Ecuador es una herencia familiar que se perpetúa a causa de la falta de acceso  a educación de calidad, servicios de salud adecuados y oportunidades de empleo sostenibles,  esta situación se incrementa aún más cuando las personas viven en zonas rurales aisladas,  donde no existen o no son suficientes los servicios sociales esenciales. 

Frente a estas brechas significativas, la organización internacional Ayuda en Acción durante la  semana por la erradicación de la pobreza no sólo hace un llamado a la conciencia social sino  también a la creación de redes interinstitucionales entre el gobierno, la empresa privada, la  empresa pública, las organizaciones sociales y las agencias de cooperación, para unir  esfuerzos y crear oportunidades de formación, emprendimiento y empleo para romper con  los círculos de pobreza que persisten en el país. 

Ayuda en Acción lleva más de 38 años combatiendo la pobreza y la desigualdad en las zonas  rurales de Ecuador a través de intervenciones a largo plazo, que impulsan a las personas que  viven en el campo a desarrollar nuevas habilidades y conocimientos que les permiten  emprender y trabajar con los recursos naturales que tienen en sus comunidades, como el cacao, café, lácteos, crianza de animales entre otros, creando así cadenas de producción  sostenibles que han incrementado los ingresos de más de 7.000 personas. 

“Antes nos quedábamos en casa, dependíamos de nuestros maridos, ahora criamos cuyes para vender, manejamos nuestro dinero y decidimos qué hacer con él. Este negocio nos ha cambiado la vida”, menciona con orgullo Flora, emprendedora formada por Ayuda en Acción en la provincia de Azuay, en la comunidad rural de La Betania.

Es fundamental comprender que la pobreza debe abordarse desde una mirada de desarrollo social, lejos del asistencialismo, es decir que es mucho más efectivo apoyar a organizaciones que forman e impulsan emprendimientos y cadenas productivas, que entregar dinero en las calles, ya que eso financia el trabajo infantil, la mendicidad y perpetúa la pobreza. 

La pobreza también es sinónimo de hambre 

El derecho a una alimentación adecuada está fuera del alcance de miles de millones de  personas, por eso Ayuda en Acción se involucró en el desarrollo del Índice Mundial del Hambre  (GLOBAL HUNGER INDEX) un estudio internacional que mide los avances en la reducción del  hambre a través de cuatro indicadores: subalimentación, retraso en el crecimiento infantil,  emaciación infantil (desnutrición aguda grave) y mortalidad infantil. 

La problemática de hambre es alarmante en 42 países del mundo, la puntuación a nivel  mundial del Global Hunger Index (GHI) al 2024 es de 18,3, considerada moderada, solo  ligeramente por debajo de la puntuación del año 2016 de 18,8, es decir el progreso contra el  hambre está estancado y no ha tenido grandes avances en los últimos 8 años. 

A este ritmo, el mundo no alcanzará niveles bajos de hambre hasta 2160, para eso faltan más  de 130 años. 

¿Cómo es la situación de hambre en Ecuador? 

Ecuador se encuentra en el puesto número 58 de 127 países, en un nivel de hambre  moderado, con un puntaje de 11,6. El país no ha tenido avances importantes desde el 2016 en este tema. Con respecto a Sudamérica, Ecuador se encuentra en el tercer lugar, después de Bolivia y Venezuela. El 13,9% de la población está desnutrida; el 17,5% de los niños menores de cinco años sufren retraso del crecimiento; el 0,9% de los niños menores de cinco años tienen bajo peso para su altura, lo que refleja desnutrición aguda, y el 1,2% de niños mueren antes de cumplir cinco años, lo que refleja la combinación fatal de nutrición inadecuada y entornos insalubres.

América Latina y el Caribe es la única región del mundo donde el hambre ha empeorado desde  el 2016, esto se debe a la inflación de los alimentos y los precios de los fertilizantes, el  aumento de la deuda, y el empeoramiento de las condiciones crediticias, que amplifican las  desigualdades estructurales y la pobreza extrema. 

El hambre y la pobreza tienen nombre de mujer 

Las mujeres y las niñas sufren de forma desproporcionada la inseguridad alimentaria y la  malnutrición, así como los efectos de las condiciones meteorológicas extremas y las  emergencias climáticas, sus cargas de trabajo se duplican, por ejemplo, tienen que viajar más  lejos para buscar agua y son más vulnerables a vivir situaciones de violencia. 

El GHI muestra una correlación entre la vulnerabilidad del sector alimentario de un país, su  preparación para responder al cambio climático y la desigualdad de género. Los países con  peor puntuación sufren altos riesgos climáticos y altos niveles de desigualdad, y viceversa. 

Ayuda en Acción insta a crear nuevas oportunidades para que las personas tengan medios  para mejorar sus vidas y sean protagonistas de su propio desarrollo, le apuesta a sembrar las  semillas del cambio a largo plazo, hacia un mundo donde la pobreza sea una memoria lejana. 

“Para nosotros transformar la pobreza en nuevas oportunidades implica desde garantizar el  acceso a agua segura en las comunidades hasta impulsar cadenas productivas sostenibles,  donde las personas desarrollan habilidades técnicas a través de nuestras distintas escuelas de  cacao, café, entre otras” menciona Carlos Hernández, Director Nacional de Ayuda en Acción. 

Ayuda en Acción beneficia a más de 34.000 personas cada año en Ecuador a través de sus  distintos proyectos que crean oportunidades para las familias, especialmente de zonas  rurales, es una organización comprometida con la justicia social y convencida de que la  pobreza no es una sentencia que debería pasar de generación en generación.